Vincent van Gogh
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- 20 ago 2021
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Vincent van Gogh nació en 1853 en Zuenen, al sur de los Países Bajos. Siendo un adolescente se traslada a La Haya, donde realiza sus primeros dibujos. En un viaje a París, en 1875, conoce la obra de Millet y otros pintores del siglo XIX, enamorándose definitivamente del arte.
Tras una breve estancia en Etten, de donde se vio obligado a huir tras un fallido romance con una de sus primas, llega a La Haya, donde tampoco permanece demasiado tiempo por motivos ajenos a la pintura. En La Haya pinta “Azoteas, vista desde el Atelier La Haya”, acuarela que destaca por su marcado uso de la perspectiva.
Tras un breve paso por Amberes, donde estudia modelos en la Real Academia, Van Gogh llega a París a comienzos de 1886. En la capital francesa reside junto a su hermano y marchante Theo, figura de enorme importancia en su vida. En Montmarte, entonces epicentro de la vida artística y bohemia, conoce a artistas como Toulose-Lautrec o Gauguin. Las pinturas de los impresionistas y postimpresionistas tuvieron una gran influencia en las obras de Van Gogh, quien cambió su paleta oscura típica de sus pinturas de Nuenen por una más alegre, empleando colores complementarios. Tan relevante como la influencia impresionista fue el contacto con obras de artistas japoneses como Hokusai o Hiroshige, cuyas obras Van Gogh incluiría a menudo en sus propias pinturas, como es apreciable en su “Retrato de Père Tanguy” (1887). El propio Van Gogh llegó a escribir, en una carta a su hermano, que “todo mi arte está en cierto sentido basado en el arte japonés”.

El fuerte carácter de Vincent lo llevó a discutir varias veces con Theo. Durante los escasos dos años que el artista pasó en París, ambos se pelearían y se reconciliarían varia veces. La “calma total” no llegó hasta finales de 1887, cuando Vincent se mudó a una casa en Asnières. No obstante, su salud se resentía, y Vincent decidió buscar una nueva residencia en el sur.
Ampliamente ignorado durante su vida, tras la muerte de Vincent van Gogh su arte fue ganado fama de forma continua. En 1901, la mujer de Theo van Gogh organiza la primera retrospectiva del artista en París, y en 1913 se produce la primera exposición del artista en América. En 1987, uno de sus “Girasoles” pulverizó los records de cotización para una pintura, al ser subastada por casi 40 millones de dólares en Christie’s Londres. Van Gogh batiría su propio récord poco después, con sus “Lirios” logrando 53,9 millones, solo para ser superados por el “Retrato del Doctor Gachet”, adquirido por 82,5 millones de dólares en 1990, un siglo después del fallecimiento del artista.
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